BOGOTÁ.- El posicionamiento de China como una nueva potencia global que disputa la supremacía geopolítica y económica a Estados Unidos es un tema ausente de la política exterior de México e ignorado por las élites políticas y empresariales del país, que han mostrado “una profunda ceguera” frente al ascenso chino y a las oportunidades que ofrece la relación con ese país.
“No hay ninguna estrategia de corto, mediano y largo plazo con China, lo que es inexplicable porque esa potencia en pocos años será la principal economía del mundo y desde hace dos décadas es el segundo socio comercial de México”, dice el coordinador del Centro de Estudios China-México (Cechimex) de la UNAM, Enrique Dussel Peters.
En entrevista, el doctor en economía dice que “el total desinterés” que muestra México por China se hace más patente en la medida en que el país más poblado del mundo cobra mayor relevancia y en que su proyecto estratégico global entra en colisión con el de Estados Unidos, un socio fundamental para la economía mexicana.
Pero el hecho, explica el académico, es que Estados Unidos es una potencia que ha perdido su hegemonía ante China, que con proyectos de construcción y financiamiento de infraestructura y