Para muchos, un curandero de salón en el ocaso del Antiguo Régimen; para otros, un visionario de las artes hipocráticas. Franz Anton Mesmer vino al mundo en la primavera de 1734 en Meersburg, un idílico pueblo situado a orillas del lago de Constanza. Hijo de un humilde guardabosques en lo que hoy es Alemania, se formó, primero, en su Suabia natal, luego, en la vecina Baviera, y, por último, en Viena, en cuya prestigiosa universidad se doctoró en Medicina en 1766. Fue tras haber estudiado también, en centros jesuitas, Teología, cer Derecho y Filosofía, disciplina en la que, asimismo, se doctoró.
Una vez graduado, abrió una consulta. Para ello contó con el generoso respaldo de una viuda rica mayor que él, madre de un hijo ya adulto, con la que se terminó casando. El matrimonio con Anna Maria le permitió llevar una vida más que acomodada. Gozaba de lujos como una soberbia mansión