A los jugadores de la selección de fútbol de Marruecos les caló hasta las entrañas que el diario catalán La Vanguardia publicara que España se mediría en los octavos de final del Mundial de Qatar 2022 “al equipo de la ONU”, donde 14 de los 26 jugadores del plantel son “extranjeros”, nacidos en seis países.
“Esto enojó bastante a los jugadores; entonces tenían doble motivación para ganarle a España. Ese menosprecio a los jugadores de Marruecos hizo que doblaran su fuerza. ¿Qué representa este triunfo? Es la locura porque hacer historia y hacerla ganándole a España es con muchísimo más gusto”, dice Amine El Amri, reportero que está cubriendo la Copa de Mundo para el diario marroquí Le Matin.
A estas alturas de Qatar 2022 ya es bien sabido que 16% de los jugadores de las 32 selecciones participantes (137 de 832 futbolistas totales) no representa al país donde nacieron. Marruecos es justamente la nación que ejemplifica cómo las migraciones han generado equipos nacionales multiculturales porque esos 14 jugadores nacieron -y prácticamente todos crecieron- en Canadá, Países Bajos, Bélgica, España, Italia y Francia.
Sin embargo, Amine El Amri explica que esto no es nuevo, pues desde finales de los ochenta se volvió una constante convocar a la selección a los marroquíes nacidos en el extranjero, situación que ha sido cuestionada cuando el equipo no ha cosechado buenos