XALAPA, VER.- Rosa Isela, de 20 años, y Ángel, su pareja, decidieron llamar Lía a la hija que esperaban. El parto estaba previsto para el 17 de diciembre.
Una muier llamada Verónica la contactó el 21 de noviembre pasado bajo un perfil de redes falso y le ofreció donarle ropa de bebé. Rosa Isela acordó encontrarse con ella el día 30 de ese mes.
Eran las 08:37 horas del miércoles 30 cuando Rosa le avisó por la red social: “Buenos días, nada más avisarle que no llevaré celular, pero allí estaré a las nueve”.
“Ok, voy de vestido azul”, le respondió Verónica.
Por la tarde la familia se percató de la ausencia de Rosa, ubicaron su teléfono celular y eso los llevó al último lugar registrado, una farmacia en la colonia Las Bajadas, cerca de su casa. Las cámaras de vigilancia revelaron que Rosa Isela había sido subida por una mujer a un taxi.
Cuando intentaron rastrear el perfil de Verónica, ya había sido eliminado. Durante tres días vivieron en la incertidumbre hasta que les notificaron el hallazgo más doloroso: el cuerpo de Rosa Isela había sido localizado en un rancho en Medellín de Bravo –a unos 18 kilómetros de Veracruz–; le habían extraído a la bebé.
El feminicidio de Rosa Isela es un