MADRID.- Una gran celebración se echó a las calles españolas tomando la madrileña Puerta del Sol, La Rambla de Barcelona y las principales avenidas de Almería, Cádiz, Málaga o Melilla para vitorear el triunfo de su selección en Qatar. Paradójicamente en esta ocasión no era la afición española, que incrédula masticaba la amargura de una derrota que tuvo una larga agonía hasta la ronda de los penaltis.
Fueron los miles de aficionados marroquíes que viven en España, quienes en la ronda contenían la respiración ante la inminencia de cada penalti y rompían en gritos de júbilo cuando su portero Bono paró dos, y el tercero, disparo del español Sarabia, se estrellaba en el palo; o cuando su estrella Hakimi anotó el tercer gol de su selección, metiendo así a Marruecos en los cuartos de final del Mundial.
Con banderas y camisetas de la selección marroquí abandonaron los bares y terrazas de toda España para expandir su alegría por las calles y celebrar. No hubo disturbios, como previamente deslizó el sector más conservador de la prensa española. Los comentaristas deportivos españoles no lograban encajar que tras el avasallador 7-0 frente a Costa Rica al final fueran eliminados, incapaces de doblegar la