Para ellos somos perros, los migrantes no valemos nada.1
En cuestiones migratorias, México cuenta con características excepcionales: es país emisor, receptor, de tránsito y de retorno.2 Durante los últimos años se ha convertido en la principal ruta de tránsito para las personas provenientes de Honduras, Guatemala, El Salvador y demás países del continente que buscan llegar a Estados Unidos.3 Tiene tal importancia en los flujos regionales que en 2020 el corredor migratorio más concurrido del mundo fue el de México-Estados Unidos, a través del cual se trasladó 3.9 por ciento de la migración mundial, es decir, 10.9 millones de personas.4
Debido a los importantes efectos propiciados por la migración, el Estado mexicano se ha visto obligado a dar respuesta a los flujos regionales; durante el presente siglo, lo ha hecho a través de dos acciones trascendentales: la Ley de Migración y el Plan Frontera Sur, las cuales prometían crear una política migratoria que protegiera a los