Ah, aquellos años de juventud. Cuando diciembre era un mes de ilusión, la banda sonora corría a cargo de Cortylandia y comprábamos regalos a cascoporro. Si es que hasta hacía frío… Por entonces, nos podíamos permitir las cenas de empresa, que ahora no bajan de 40 euros por comensal. Incluso encargábamos el pulpo para la comida de Navidad, que ya marca 19 euros el kilo. Los había que se ocupaban del pan por ser lo más barato, y resulta que su precio se ha incrementado un 20% este año. La solución no pasa por hervir patatas en casa, atendiendo a la tarifa de la luz, ni tampoco huevos, que están a 1,7 euros el kilo. Menos aún por trasladar el banquete al restaurante, ya que los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, correspondientes al mes de septiembre, alertan de una subida del 7% respecto al año pasado: si pagaste 50 euros, ahora serán 54.
Menuda fiesta, ¿verdad? Pues la restauración ya venía avisando de esta ‘dulce Navidad’. A finales de octubre, Hostelería España ofrecía una encuesta sobre la caída de confianza en el sector, con un 70% de empresarios convencidos de