WASHINGTON.– Las elecciones intermedias del pasado martes 8 sacudieron políticamente a Estados Unidos frente a los comicios presidenciales de 2024, asestándole una derrota al expresidente Donald Trump y fortaleciendo al establishment del Partido Republicano.
El resultado electoral, que al cierre de esta edición no estaba definido y mantenía en suspenso la nueva conformación política del Congreso federal estadunidense entre demócratas y republicanos, redujo las posibilidades de Trump de ser el más sólido aspirante a la nominación presidencial del partido que en 2016 y 2020 lo acogió como candidato.
La reelección de Greg Abbott y Ron DeSantis como gobernadores de Texas y Florida, respectivamente, coloca a estos dos políticos de la cepa del establishment republicano como los más fuertes y viables candidatos a la nominación presidencial de su partido.
En varios estados donde Trump logró sonadas victorias que en 2016 lo llevaron a la Presidencia –entre estos Arizona, Florida, Texas, Pensilvania, Wisconsin