ON NUMEROSOS LOS ARGUMENTOS QUE CONTRIBUYEN a desarbolar las conjeturas de aquellos que advierten que la buena gastronomía es un lujo pernicioso, y prefieren gastarse los jornales en cualquier otro placer, necesidad o capricho. Allá ellos: vaya usted a saber cuál es el valor–y la calidad–de lo que se meten en el cuerpo. La paradoja es que ni siquiera hace falta realizar grandes dispendios para comer, sin ir más lejos, en restaurantes aupados por la guía del orondo Bibendum. Porque si se repasan unos cuantos establecimientos de los que
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Nov 09, 2022
3 minutos
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