TOLUCA.- Los Legionarios de Cristo enfrentan una demanda por presunto daño moral entablada por un sacerdote al que expulsaron de la congregación tras descubrir que era portador de VIH, mediante una prueba practicada sin su consentimiento y de la cual su médico informó a los superiores de la orden antes que al propio enfermo.
El exsacerdote demandó por la vía civil a la Arquidiócesis Primada de México, al cardenal Norberto Rivera, a los Legionarios… a Ricardo Sada Castaño, entonces director territorial de la congregación, y a Eduardo Gómez-Gil, su director general.
También a Médica Sur, SAB de C.V., donde fue diagnosticado, y a Rocío Murphy Maciel, sobrina del fallecido fundador de los Legionarios, Marcial Maciel, quien aparece en el expediente clínico como médico tratante del clérigo, cuyo nombre pidió reservar por el temor de sufrir más actos discriminatorios.
A partir de una queja que originalmente fue iniciada ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, su homólogo de la Ciudad de México resolvió que Murphy y Médica Sur violaron los derechos humanos a la igualdad y no discriminación, al consentimiento informado y