A la forma de alimentarse de la gran mayoría de las personas, se le suele denominar «alimentación normal y corriente», pero lo que realmente expresa esta afirmación es una alimentación no consciente, mecánica, basada en especulaciones creadas por el lobby de la industria alimentaria y la mercadotecnia de la nutrición, sustentada por supuestos estudios científicos casi siempre pagados por laboratorios químicos e intereses económicos descomunales.
LA ALIMENTACIÓN MODERNA
Podríamos dividir la historia de la alimentación moderna en tres fases, una antes de la revolución industrial, otra posterior y una tercera de búsqueda de las raíces.
• En la primera fase, alimentación antes de la revolución industrial, las personas utilizaban el sentido común y los recursos locales que les proporcionaba la tierra en cada momento. La cocina entonces era el centro del hogar, el lugar privilegiado donde se gestaba la comunidad, la fiesta, la cotidianidad, la familia, la reunión, pero también la salud y la vitalidad.
• La segunda fase, la entrada de la revolución industrial, conllevó que la cocina como núcleo central de la familia y de la sociedad pasara a un segundo plano, que el sentido común se desconectara de la intuición y la observación para dar paso al dios mecánico de la ciencia y la razón.
Los pesticidas se erigieron como el todo poderoso de la agricultura y entraron en escena, como artistas principales, el plástico, el aluminio, toda clase de químicos, conservantes, saborizantes, estabilizadores de sabores…
El fuego fue sustituido por resistencias eléctricas, se vitrificó la electricidad