En 1979 sucedió el derrocamiento del sah Mohammad Reza Pahleví en Irán y el regreso desde Francia del ayatola Ruhollah Musavi Jomeini, interpretado como una “señal de Dios”, según el significado de su nombre, quien prometió establecer la democracia islámica.
Muchas razones confluyeron en la dinámica de esos acontecimientos, y una de las más importantes fue la oposición de los clérigos musulmanes a la occidentalización del país. Entre las reformas del sah que no gustaron estaba la de hacer a un lado el calendario de la hégira para regirse desde 1976 por el año de la fundación de Persia. Desde luego