Para mantener a flote a Georgalos, vendió su marca insignia: Mantecol. El postre de maní, cuya receta tenía origen en la cocina griega (Miguel había aprendido el oficio de su padre en Estambul y se había desarrollado en Polonia), no solo tenía un poder sentimental importante como origen de la compañía familiar, sino que representaba alrededor del 35% del negocio (y era el líder indiscutido –y prácticamente el único jugador– de esa categoría). Por US$ 22,5 millones pasó a manos de Cadbury Stani. Pero, para el consumidor, Mantecol siempre quedó relacionada a Georgalos.
En 2001, Juan Miguel Georgalos, al frente de la compañía fundada por su padre, Miguel, tuvo que tomar una de las decisiones más difíciles de su vida.
Veintiún años después, el sobrino de Juan Miguel y nieto de Miguel, Miguel Zonnaras, anunció el momento más anhelado por toda la familia y la organización: la recompra de Mantecol, una operación que llevó más de un año de procesos aunque, como admite Zonnaras, “la intención de recompra estuvo desde el día después de la venta”. Un hito para una empresa argentina que recorrió un largo camino desde los primeros postres que hizo Miguel.
Georgalos factura más de $ 10.000 millones y tiene en