En 1928, el último modelo de Ford T costaba menos de 400 dólares y podían ganarse hasta 31,000 si uno demostraba que era capaz de comunicarse con los muertos. Tan fabulosa cantidad era la suma de cuatro retos simultáneos lanzados en la revista Science and Invention por la propia publicación, los ilusionistas Joseph Dunninger y Joseph Rinn, y Bess Rahner, la viuda de Harry Houdini.
El espiritismo, tal como lo conocemos –con sus mensajes canalizados a través de médiums-, nació en Estados Unidos en 1848 y alcanzó pronto un gran auge en una época en la que uno de cada tres niños moría antes de cumplir se embarca en una campaña d gran alcance para iluminar al público sobre el espiritismo en general. sostiene que prácticamente todos los fenómenos espiritistas que se han exhibido hasta el momento son un fraude o engaño puro o, por ser más caritativos fruto del autoengaño de ciertos investigadores”, escribió Hugo Gernsback en la editorial del número de junio de 1923. Y lanzó a toda página un reto según el cual premiaría con 1,000 dólares a cualquier espiritista cuyos fenómenos o efectos no pudieran duplicarse convencionalmente. Gernsback, que tres años después inventó el término ciencia ficción y está considerado uno de los padres del género junto con H.G. Wells y Julio Verne, consideraba que lo que hacían los médiums era una crueldad.