DISCULPE”, ME DICE UNA MUJER que conduce un Mercedes, deteniéndose junto a nosotros. ¿Es este el nuevo Lotus Emira? Mi jefe acaba de encargar uno. “Lamento interrumpir”, dice otro hombre saliendo de su Range Rover, con el teléfono en la mano. “Te importa si tomo una foto del Emira? Estoy pensando en apuntarme a la lista de espera. Mi otro coche es un Ferrari…”.
Rodamos por caminos rurales casi libres de tráfico, en medio de la nada, un territorio perfecto para probar tres de los mejores deportivos del mercado mundial. Naturalmente hoy el protagonista es el nuevo Emira, y las primeras impresiones son que está a la altura de las expectativas. Estoy solo, pero tengo el volante más comunicativo del mundo entre mis manos, y con su forma ligeramente octogonal transmite todo tipo de detalles respecto al firme por el que circulamos. Este volante necesita un agarre razonablemente firme en una carretera llena de baches, ya que la dirección del Emira es más viva y más propensa a desviarse que la de un automóvil moderno normal. Esto no es una crítica, porque este biplaza es mucho más vivo y emocionante que la media.
Lotus ofrece a los compradores dos configuraciones de suspensión a elegir: Tour (lo que llevaba nuestra unidad) o Sport, más firme, ambas con amortiguadores convencionales. Es