Othón Pérez Fernández del Castillo: vivir en paz
Centro de Mediación Privado número 1, Mixcoac. Hemos caminado por la explanada de la paz, donde un alto muro se yergue haciendo memoria de los valores y las palabras de quienes han caminado geografías de conflicto a través de rutas de paz. Nos reciben en la recepción de la Notaría 63 de la Ciudad de México. La cruzamos, abrimos una puerta de vidrio que nos dirige, a través de un pasillo, a las escaleras que descienden, entre un arco abrazado por enredaderas y junto a una fuente en forma de cascada, a un jardín donde se escucha el agua correr, las aves cantar y, de vez en cuando, a un avión surcar el cielo. Aunque está en el mismo predio que la notaría, este espacio se siente diferente, aislado: lo que acontece afuera ahora es ajeno; se siente paz.
Contexto
En 1997 presidí una federación de barras y colegios de abogados de México. Con ese carácter fui invitado a un congreso en París. El congreso estaba dividido por especialidades; la única reunión global en el evento estuvo relacionada con la mediación. Ahí conocí este mecanismo y me enamoré de él. Pasaron tres años para que se publicara la primera ley de mediación, en Quintana
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