n la antigua Roma, el gusto por la moda, la belleza y el aseo se contaba entre las prioridades de los ciudadanos. De hecho, dejó un rastro que puede seguirse muchos siglos más tarde. Como en el Renacimiento, cuando se reinventa el talle ha resucitado ahora. Roma, de un modo o de otro, siempre vuelve. Tan importante era la ostentación en la antigua república del Tíber que las mujeres ricas se manifestaron para derogar la , que limitaba su derecho a vestirse como quisieran o a desplazarse en carruajes. Las matronas lograron su objetivo: ejercer un control personal sobre sus propias joyas. ¿Pura frivolidad? Seguramente, no. Los objetos de valor constituían un ornamento y, a la vez, un tipo de inversión.
El culto al cuerpo en Roma: verdad y ficción
Jun 22, 2022
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