Uno de los problemas que presenta Brain Charts, y la biomedicina en general, es que los estudios tienen un sesgo hacia determinadas poblaciones. Los anglosajones lo llaman, , and («occidental, educado, industrializado, rico y democrático»). La gran mayoría de los datos proceden de estas regiones, por el coste de la neuroimagen y por la financiación que requieren los estudios: Estados Unidos, Canadá, Europa, Australia y una parte de Asia (China y Singapur). Esto significa que gran parte de la población está fuera del análisis del desarrollo del cerebro. «Hemos intentado utilizar todos los datos que estuvieran disponibles de absolutamente todo el mundo, pero la realidad se impone. De Estados Unidos hay muchísimas más personas en el estudio que de cualquier otro continente», dice Romero. Esto significa que conocemos cómo crece y se desarrolla el cerebro de un estadounidense medio, pero podría haber sorpresas si lo comparásemos con el ciudadano global. «Sabemos que la etnicidad tiene un efecto importante en prácticamente todo, estamos haciendo las curvas de cómo se desarrolla el cerebro de aquellos humanos que pueden permitirse ir a un escáner cerebral», concluye. A nivel global existen variantes genéticas por regiones que podrían ser importantes. Pero un escáner vale alrededor de un millón de euros, la mayoría están en hospitales y hay mucha presión para su uso. Sigue siendo una tecnología cara y de vanguardia. Esta es la razón por la que Brain Charts siga abierto para cualquier dato nuevo y que hayan desplegado su web brainchart.io.
Demasiado WEIRD
Jun 22, 2022
1 minuto
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