Nicolás II creía en las guerras. Como tantos otros gobernantes de su época, pensaba que eran necesarias para dar forma al patriotismo y construir la esencia de una nación. Bajo su mandato, Rusia hacía aguas, yel joven zar estaba convencido de que una guerra con Japón uniría los corazones de todos los rusos.
Al principio todo pareció darle la razón, ya que tras el ataque nipón a Port Arthur,