UN TIPO DE ALTURA
PARA PREPARARSE DE CARA a la segunda temporada de Euphoria (HBO), en la que interpreta a un amoral quarterback de instituto, Elordi, de 24 años, se apuntó a un gimnasio del que prefiere no decir el nombre, una especie de templo consagrado a los abdominales en Los Ángeles, que es muy popular entre youtubers, tiktokers y otros personajes del mundillo, que siempre entrenan sin camiseta.
HAY ACTORES DE MÉTODO Y JACOB ELORDI, QUE LEVANTA PESO CON MÉTODO.
“Nunca había entrenado sin camiseta”, dice Elordi con su fuerte acento australiano, “pero desde el día uno me la quité y me puse los cascos con Rage Against the Machine. Traté de entender esa mentalidad de estar en el gimnasio, mirarte en el espejo y pensar: ‘Joder, qué bueno estoy’”.
Pero eso no es lo normal en Elordi. De hecho, el día que quedamos en un café de Malibú intenta descaradamente que no se le reconozca. Lleva un pañuelo de flores carísimo tapando la mitad inferior de su cara y unas gafas de sol gigantes completan el look. Y tanto los pantalones como la chaqueta le vienen muy grandes. Entre su estatura (mide 1,95), la cara tapada y la ropa ancha, da la impresión de ser un montón de niños apilados uno encima de otro haciéndose pasar por un adulto. Pero toda la gente que hay en el local sabe que acaba de entrar un famoso de incógnito.
Los que le reconozcan en Malibú, quizá por sus frondosas cejas, seguramente se sorprenderían de que no siempre piense “Jodeeeeer, qué bueno estoy”, es decir, de que Jacob Elordi no esté tan obsesionado con Jacob Elordi como el resto de los mortales. De hecho, lo que más le preocupa es que se le reconozca por algo más que sus pectorales, su altura, su mandíbula de infarto o su vida amorosa (hasta hace poco salía con Kaia Gerber, laElordi también interviene en el film junto con Ben Affleck y Ana de Armas, una película basada en la novela homónima de Patricia Highsmith.
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