El órgano principal de la visión en los vertebrados son los ojos, dos, situados en la parte frontal de la cara, a ambos lados de la nariz. Mientras que en el caso de los humanos están colocados en un plano casi perpendicular al eje frontal, en los perros cada ojo tiene una cierta inclinación hacia el exterior de ese eje que supone la primera gran diferencia entre la visión de perros y humanos. “Mientras que las personas poseemos un ángulo de visión de casi 170º, el campo visual de un perro, sin necesidad de mover la cabeza, abarca un campo de alrededor de 240º”, explica Manuel Villagrasa, una eminencia española en Oftalmología Veterinaria. Esto tiene una explicación sencilla: los antecesores evolutivos de los perros eran cazadores, por lo que necesitaban abarcar un mayor campo de visión para detectar dónde estaban las posibles presas que necesitaban cazar para su subsistencia y, también, los posibles peligros para su vida.
Cuando hablamos genéricamente de los perros debemos de tener en cuenta que nos referimos a la especie animal de mayor diversidad morfológica. Un chihuahua, un mastín y un dálmata pertenecen a razas distintas con