¿SON LOS VIDEOJUEGOS LA NUEVA MEDITACIÓN?
UNA TARDE NUBLADA DE NOVIEMBRE, me encontré sentado frente a un ordenador jugando a Lawn Mowing Simulator, empeñado en cortar con maestría el césped delantero de la residencia Old Nook Cottage, mientras navegaba con un cortacésped digital por la idílica campiña británica como parte de un negocio de jardinería virtual. Me quedé hipnotizado, viendo cómo el césped digital cortado se volvía de un tono de verde ligeramente más claro. Estaba muy lejos de mis días de adolescencia enfrascada con el mítico juego de acción Call of Duty 4: Modern Warfare.
Un juego comoparece aburrido, pero en realidad es tan cautivador como un shooter en primera persona, y sin sus dilemas morales. No creo que me gustase jugar a hoy en día. De joven este juego me fascinaba: su intensidad, su imprevisibilidad y la posibilidad de morir digitalmente en cualquier momento. Pero ahora ya no.
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