Reinventarse con gracia
En una industria que castiga a las mujeres por su edad y por tomar caminos que rompen con los estándares sociales, Sandra Bullock ha encontrado la manera de vivir libremente y retar los prejuicios en Hollywood, pues aunque tiene una carrera sólida desde hace tres décadas, en el terreno personal los altibajos han sido una constante… tal vez para bien. Las tormentas le han dado la fuerza para interpretar lo mismo heroínas que víctimas en la pantalla y para saber cuándo está siendo una o la otra en la vida real.
“Mi padre me dijo que no necesitaba casarme, que podía tener mi propio dinero y ser quien quisiera”, reveló en USA Today, “salí al mundo pensando que no había disparidad y que todos éramos iguales”. Su carrera y el tiempo le enseñaron que esa no siempre es la realidad, y aunque ha admitido en varias ocasiones que el sexismo casi la hizo renunciar a Hollywood, lo cierto es que Sandra, como muchos de sus personajes, no es del tipo de mujeres que suelen rendirse ante la vida.
SORPRESAS DEL DESTINO
Luego de ser la de principios del milenio con películas exitosas, como , , junto a Ryan Reynolds, o , con Hugh Grant, Sandra se encontraba en la cima del mundo en 2010, año en que ganó un Oscar por el filme (la cual retrata una historia verdadera de una adopción interracial). En su discurso de aceptación, con lágrimas en los ojos, la actriz agradeció las circunstancias que la llevaron a estar ahí, acompañada de su esposo, la estrella de y motociclista, Jesse James. Los caprichos de la vida harían que pocos días más tarde se revelara que, quien ella había puesto ante el mundo como un esposo de ensueño, le había sido infiel con varias mujeres a lo largo de su matrimonio, hasta que finalmente una de ellas vendió la historia a un tabloide.
