Probablemente todos los desarrollos tecnológicos que estamos presenciando hoy en la Tierra podrían haber sucedido ya antes, en otro lugar del universo. Es decir, que las mayores inteligencias del universo podrían ser sintéticas y haber surgido de civilizaciones que una vez fueron biológicas. La transición de inteligencia biológica a inteligencia sintética podría ser un patrón general, ejemplificado una y otra vez a lo largo y ancho del cosmos. Si una civilización desarrolla la tecnología de Inteligencia Artificial (IA) necesaria y las condiciones culturales son favorables, la transición de biológico a postbiológico podría requerir de solo unos centenares de años. Mientras lees estas palabras, podría haber miles, o incluso millones de otros mundos que han desarrollado tecnología de IA.
Al reflexionar sobre la inteligencia postbiológica, no estamos planteándonos solo la posibilidad de la inteligencia alienígena, también podríamos estar reflexionando acerca de nuestra propia naturaleza o la de nuestros descendientes, puesto que hemos visto que la inteligencia humana también podría convertirse en postbiológica. Por lo tanto, en esencia, la línea que separa el «nosotros» del «ellos» se difumina a medida que nuestro foco de atención se aparta de la biología y se desplaza hacia la difícil tarea de comprender los cómputos y comportamientos de la superinteligencia.
Antes de ahondar más en esto, un comentario sobre la expresión postbiológico. Piensa en una mente biológica que alcanza la superinteligencia por medio de mejoras puramente biológicas, tales como minicolumnas neuronales mejoradas nanotecnológicamente. Esa criatura sería postbiológica, aunque mucha gente no se