En 1977 se celebró un juicio contra dos ecologistas que habían liberado delfines de los tanques de investigación de la Universidad de Hawái. En su defensa acudió ante el tribunal un excientífico de la Marina, Michael Greenwood, cuyo testimonio sobrecogió a todos los presentes. Según su relato, Greenwoon había estado trabajando en una serie de proyectos ultrasecretos del gobierno estadounidense para el entrenamiento de animales como armas de guerra y homicidas. En concreto, afirmó haber colaborado con el Centro Submarino de la Marina en Kaneohe Bay, Hawái, y con otro centro de mamíferos marinos de la CIA en Key West, Florida. El objetivo de estos adiestramientos consistió en preparar delfines para que pudieran atacar cruceros nucleares rusos atracados en el puerto de La Habana. Además, en Cayo Hueso efectuaron una serie de experimentos denominados «anulación de nadadores», en los cuales a los delfines se les colocaba unos botes de gas y una aguja en su hocico para inyectar dicho gas de alta presión a personas nadando, provocándoles una muerte inmediata. Esas pruebas continuaron en Kaneohe Bay y en Camranh Bay, Vietnam, en 1971.
EXPEDIENTES SECRETOS
Greenwood, superado por la atrocidad de estos procedimientos, decidió abandonar la Marina en 1972 y convertirse en un activista contra el maltrato animal. No obstante, declaró ante el juez, que sabía que estos