“En una alfombra roja eres un producto, pero jugamos a eso”

a cambiando, se desarrolla, pero yo sí creo en el amor. Coger un coche y presentarme a 700 km para solo unas horas. Los desayunos que me hacía mi abuela de Para tener unas horas el móvil apagado. El cine como liturgia es un regalo. Es increíble cómo te cambian las prioridades. Es raro estar promocionando una peli en esta situación. Impotencia, frustración. Y me doy cuenta de cuánto no entiendo. Veo que son un depurado de la realidad. ¿Qué me estarán queriendo decir? Me pone en alerta. Supongo que hay interés en instrumentalizar a una figura para hacer bandos. Prefiero estar en los grises. Yo lo veo asociado a la posibilidad del viaje, de salir de tu origen, física y emocionalmente. En general, me da paz sentir que cambio. Sí, claro. Tratamientos a los que te invitan. ¿Sí? En el momento vanidad de un estreno, claro. Es parte del juego. Me da un poco de rabia. Fue algo que ya no, ¿no? Es como de televisivo. Yo entiendo que el pantalón se ha estropeado. Si no sale la mancha, no me lo pondré más. No tengo esa perseverancia. Igual un día plancho y doblo la ropa como mis padres. Intento que la ropa no necesite plancha. A esto le he pasado la de vapor, pero se ven las arrugas. Me estoy echando mierda encima. Sí. Una alfombra roja te hace sentir muy expuesto. Eres un producto, un contenido, pero jugamos a eso. Eres una cosa y le sacas un beneficio. Voy a quedar muy naíf, pero que se resuelva la guerra en Ucrania, que no reaparezca la ley del más fuerte.