EL ESTADO ABANDONA A LAS ADOLESCENTES
CUERNAVACA, MOR.– Guadalupe es una de las miles de adolescentes que terminan con sus planes de vida para convertirse en madres, ante el abandono de la familia y del Estado, limitando y violando sus derechos y normalizando prácticas violentas en su vida.
Guadalupe, cuyo nombre verdadero se reserva, tenía 15 años cuando quedó embarazada, a mediados de 2020. Nunca recibió educación sexual, sus padres la abandonaron y su tía, que hacía las veces de tutora, no se comunicaba con ella, aunque vivían juntas. En la décima semana del embarazo comenzó a sentir malestares y sufrió un aborto espontáneo.
Su tía la llevó de inmediato al hospital comunitario de Temixco, a 20 minutos de Cuernavaca. Allí comenzó a padecer la violencia obstétrica. Todas las enfermeras y los doctores la regañaban y pronto llegó la revictimización: “No te quejes, así hubieras hecho cuando le abriste las piernas”, le dijo una enfermera.
“Ustedes, escuinclas, ni siquiera saben lavarse los calzones, pero bien que andan ahí acostándose
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