MANIFIESTO CONTRA LA AUTOAYUDA
Es cierto que el capitalismo existe desde hace cientos de años. En pocas palabras, es un sistema en el que los partidos privados se apropian (normalmente con violencia) de recursos públicos, como el terreno, las materias primas y la mano de obra, para obtener una ganancia. Lo nuevo es la interpretación neoliberal, según la cual el mercado es sagrado. El padre filosófico del neoliberalismo es el economista austríaco Friedrich Hayek. Durante los años 80 del siglo pasado, sacó un teorema que argumentaba que el ser humano en su esencia es un homo economicus; un ser racional y competitivo impulsado por el interés propio. En realidad, no se diferencia mucho de un animal. También para las personas la vida es la supervivencia del más fuerte y todos quieren ser el alfa. Lo único de la experiencia humana es la razón. A diferencia de cualquier animal, el ser humano puede planear y tramar para llegar a la estrategia óptima y conseguir que su interés propio se haga realidad.
LA PRISIÓN INVISIBLE
Según Hayek y los neoliberales que le siguieron, a este donde mejor le iría ahora es en el mercado de la oferta y la demanda. Solo ahí podrá desarrollarse en plena libertad. Se verá impulsado por la competitividad, el deseo de ser el mejor y poseer más que el resto. Y, como consecuencia positiva, esta competitividad logrará que la sociedad en su conjunto obtenga los mejores productos y los más baratos. Por ello, lo que es bueno para el mercado, es bueno para el ser humano y es bueno para la sociedad. El mercado sabe dónde está la demanda, mejor de lo que lo sabría, por ejemplo, una autoridad central. Lo que no hace falta, no se vende (en teoría). El mercado es neutral, no se
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