Cuando sonaban las campanas de la iglesia de Ahascragh, un apacible pueblo irlandés de 500 habitantes, el pequeño Philip cruzaba la calle corriendo a toda velocidad para ver la llegada de la novia que iría al altar. Su corazón latía al ritmo de ese sonido convocante y amaba ver los sombreros, tocados y vestidos de los invitados, además de la ambientación con cintas y flores. Todo representaba un momento mágico, detenido en el tiempo. La moda era parte de su vida, ya que confeccionaba ropa para las muñecas de su hermana Marion, la única mujer entre los nueve hijos de los Treacy. Años más tarde, el joven atesoraba las revistas Harper’s Bazaar, Queen y Vogue enviadas por Marion y no dudó un instante cuando decidió estudiar en el National College of Art and Design de Dublín, donde se tituló con honores. El siguiente paso era Londres y, gracias a una beca, realizó una maestría en el Royal College of Art and Design, donde
PHILIP TREACY: EL MAESTRO ABSOLUTO
Dec 02, 2021
6 minutos
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