Drácula (1931), de Tod Browning
Feb 01, 2022
3 minutos
Jaime V. Echagüe
l 16 de agosto de 1956, el cementerio Holy Cross de Culver City, en Los Ángeles, recibió a su más ilustre huésped. En la lápida podía leerse una simple y cálida inscripción: “Amado padre”. Sin embargo, su capa, su traje impoluto, su anillo… Por no hablar de la comprensible palidez. Aquella indumentaria, complementos y aspecto pertenecían a una criatura que, apenas 25 años antes, había atraído y repelido,
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