Pola Negri
Barbara Apolonia Chalupiec, que para los aficionados al cine alcanzó el éxito con el nombre artístico de Pola Negri, medía solo 1,52, pero fue una de las más grandes divas de las películas de la era de las películas mudas.
La pantalla grande la celebró como una de las principales estrellas europeas que alcanzaron rápidamente relevancia internacional e incluso encontraron u n lugar para seguir brillando en el Hollywood de la etapa silente.
Apolonia/Pola había nacido el 3 de enero de 1897 en Lipno, localidad polaca que en aquel momento se encontraba incorporada a Rusia. Fallec ió vícti ma de una neumon ía el 1 de agosto de 1987 en San Antonio, Texas, Estados Unidos.
La línea de puntos que une esas dos localidades tan alejadas una de la otra, casi tanto como si fueran dos mundos diferentes, es la línea del viaje vital y profesional que la llevó a conocer a lo largo de su carrera varias maneras de entender el cine y aplicar las claves de la industria del entretenimiento visual que aportaba la pantalla grande en un momento en que el cine mudo era cine, pero cine de otro modo.
Decía el crítico y analista Béla Balázs, que reflexionó mucho y bien sobre las difer encias entre el cine mudo y el sonoro, que “la microdramática utiliza a menudo el método de mostrar algo por sus efectos. No se ve la mirada, sino lo observado. De esta forma, con una sola imagen sabemos lo que ha ocurrido y la reacción de alguien. En los filmes sonoros no se suele encuadrar al que habla, sino al que escucha. El que habla está representado por su voz, y de esta forma la imagen contiene el sonido de las palabras y la mímica que provocan en el interlocutor […]. Los rasgos escondidos, la fisonomía de los encuadres, activa en nuestra conciencia asociaciones ya exis ten tes, pr ovocan do sensa c iones , d el mism o modo que la s metáforas en la poesía”.
Pues bien : Po la Negri era pura metáfor a. La metáfora de la mujer fatal que ataviada de negro untuoso, brillante, resbaladizo, conquistaba los corazones de sus amantes en la pantalla grande y a través de la s imá genes de sus películ as seducía igualmente a espectadores y espectadoras en todo el planeta.
Hoy podemos mirarla desde la distancia segura que nos otorga el paso del tiempo como una rareza de la más remota era del cine, muy anterior a, la vampiresa que antecedía a lo que luego serían las fórmulas de la mujer fatal en el melodrama y el cine negro, la realidad es que este tipo de papeles no fueron los únicos, ni siquiera los de mayor peso en su carrera. Por ejemplo, la película en la que de manera más completa y ajustada a las características de la mujer fatal aparecen asociadas a su personaje fue (1923), pero por tratarse de su primera película en Estados Unidos y conociendo la inclinación que siempre ha tenido Hollywood por trabajar sobre las etiquetas y clasificaciones simplistas a la hora de ordenar sus productos y a sus habitantes, no es extraño que el término que sí representaba el pap el de Pola en ese largometraje acabara por convertirse en el calificativo que más le otorgara la prensa a partir de ese momento.
