na película que lleva como principal reclamo ser la “peor de la historia del cine” constituye una en sí misma, desde el primer fotograma hasta el último. Hay muchas cintas que podrían disputarle a tan deshonroso título. Y seguramente, arrebatárselo. Pero lo cierto es que muy pocas la ganan en cuanto a precariedad, negligencia… y morbo. Y es en este último punto en el que vamos a centrarnos. En el cartel de
