SAM PECKINPAH
Rebelde, conflictivo, enfrentado con los estudios y ocasionalmente incluso con las propias estrellas de sus películas, a pesar de que en muchos casos fueron estas las que presionaron a los productores para que siguieran respaldando sus proyectos –caso de Charlton Heston, que puso en riesgo su sueldo en Mayor Dundee (1965), o Steve McQueen en La huida (1972)–, Sam Peckinpah ha pasado a la historia del cine como principal apóstol del denominado wéstern crepuscular, donde los viejos arquetipos del género caminan hacia su ocaso convirtiéndose en seres de carne y hueso, pero también es recordado por su paseo por el filo de la navaja del malditismo cinematográfico en Hollywood: sus películas fueron cortadas y remontadas por los estudios.
Nacido el 21
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