PENTÁGONO LAS OFICINAS DE LA GUERRA
El 27 de mayo de 1941, alarmado por el avance de las tropas nazis, Franklin D. Roosevelt, presidente de Estados Unidos, declaró el estado de alarma en su país. Hitler, con el control de la mayor parte de Europa, había lanzado un ataque sorpresa contra la Unión Soviética, y los soldados alemanes ya se encontraban a medio camino de Moscú. El ambiente era tenso. América, y en especial los responsables políticos de su capital, Washington D. C., estaba presa de la ansiedad por los vientos de guerra que llegaban desde el Viejo Continente. El poderoso Departamento de Guerra también vivía su particular estado de alarma. Esta entidad, responsable del ejército estadounidense, iba a jugar un papel fundamental en las vicisitudes que se avecinaban. Sin embargo, tenía un problema para poder cumplirlo bien: carecía de una sede apropiada para su funcionamiento.
Desde su fundación en 1790, durante la presidencia de George Washington, el departamento (también conocido como War Office, oficina de guerra) había tenido varias sedes, que siempre se quedaban pequeñas. Por ello, en la primavera de 1941, sus oficinas estaban repartidas entre diecisiete edificios situados en la capital, Washington D. C., y en los suburbios de los estados adyacentes de Maryland y Virginia. Los empleados ya sumaban las veinticuatro mil personas, pero
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