Como si se viera la luz al final de un túnel, así aparece la ciudad al final del desfiladero. Tras estar oculta durante 300 años, fue el explorador suizo Johann Ludwing quien la redescubrío en 1812.
Una vez dentro en la explanada se encuentra la impresionante construcción esculpida entre la roca. Se trata de una fachada tallada con figuras de dioses