CAMPO 5.0
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Durante mucho tiempo el paisaje productivo de la agroindustria argentina fue igual: extensiones enormes de tierra con soja, trigo, maíz y girasol; numerosos lotes de vacas y casonas estilo francés rodeadas de arboledas. Pero, aunque resulte imperceptible para el ojo poco entrenado, en este escenario han sobrevenido diversas oleadas de innovación que impulsaron la producción y modificaron la forma de producir en el “campo argentino”.
La revolución verde con los híbridos, fertilizantes y agroquímicos, la revolución de las pampas con la siembra directa y la biotecnología fueron el primer ciclo de cambios que hicieron más eficiente el uso de la tierra. Luego, con el boom de los feedlots, se sumó la producción intensiva de carne, y recientemente los productores adoptaron la agricultura digital y la agricultura de precisión. La última revolución productiva del campo va de la mano del conocimiento: la telemetría, la biotecnología, la robótica, el blockchain y la Inteligencia Artificial. Este último giro impulsó a las empresas de maquinaria agrícola a desarrollar tecnologías para hacer más eficiente la producción y puso al campo en la misma mesa creativa que un segmento de la economía mucho más urbano: los emprendedores de la Economía del Conocimiento. No, no tiene que ver con sembrar bits sino con producir alimentos con precisión y ciencia. Se trata de un empresario eficiente y competitivo que innova desde la siembra hasta el modelo de negocios.
La agroindustria argentina es dinámica y diversa.
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