BANSKO
Durante el invierno, en Bansko hay un poco de los hermanos Grimm. Las casas de madera se elevan sobre la nieve, las chimeneas de piedra lanzan humo con olor a carne, y osos, lobos y chacales merodean por los bosques de pinos. La identidad de la ciudad se basa en el exterior, por lo que no es de extrañar que tenga un ambiente tan evocador.
En las laderas de los majestuosos montes Pirin, al suroeste de Bulgaria, Bansko quizá es conocido como el de invierno más grande del país, donde esquiadores expertos vienen por una de las mejores nieves al este de los Alpes, a una fracción del costo. Y mientras la “ciudad nueva” con luces de neón -construida a una velocidad vertiginosa para dar cabida), donde la ternera y el jabalí a fuego lento dominan los menús.
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