Carlos Gardel, la voz eterna del tango que nunca se va a apagar
Se sabe también que la joven madre y su pequeño hijo de sólo 26 meses de vida viajaron de Bordeaux (Francia) a Buenos Aires en el buque Dom Pedro y que llegaron a la Argentina el 11 de marzo de 1893 tras un mes de travesía.
■ Berthe Gardes comenzó a trabajar en talleres de planchado que en esa época abundaban en la zona céntrica de Buenos Aires. En esta ciudad hispanoparlante pronto Berthe, pasó a ser llamada “Doña Berta” y Charles se convirtió en Carlos o Carlitos debido a su corta edad.
■ Con el tiempo el mismo Carlos Cambió su apellido Gardes, por uno más hispano, Gardel. Desde muy chico frecuentó cafés y boliches donde se celebraban reuniones. Donde resonaban las guitarras y los payadores se desafiaban en contrapuntos amistosos. Donde también se entremezclaban las canciones de tantos inmigrantes franceses, italianos y españoles que a principios del siglo XX llegaban a estas tierras en busca de un futuro mejor. Según le contó a un reportero colombiano en 1935: “Empecé a cantar desde muy joven. En las reuniones y fiestas acostumbraba a cantar y las personas me escuchaban con agrado, y algunos de mis amigos en vista de mi afición por la música y de las cualidades que poseía para aprender este arte, me entusiasmaron para que estudiará en ingresara al teatro.” Dada su carrera, damos por sentado que Carlos era un cantor nato y poseía un gran
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