MATAR A UN RUISEÑOR
obert Mulligan muchas veces es uno de los directores de cine clásico olvidados en la miríada de nombres legendarios que marcaron el destino de Hollywood durante décadas. Pero es injusto, completamente, olvidar a un realizador que nos dio dos obras maestras inolvidables, y la que hoy nos ocupa, además de un puñado de títulos realmente interesantes, cuando no memorables, como , o última tentativa. Pero habiendo dirigido una de las películas más importantes de la historia del cine como es , su lugar está entre los grandes más grandes de Hollywood, sin lugar a dudas. Su elegancia narrativa, su planificación espacial, su uso de la fotografía en blanco y negro, su trabajo con los actores (es cierto que contar con un Gregory), la salida de Atticus Finch (Peck) del juzgado. Por supuesto, por favor, si no han visto la película, cuidado, no queremos que se lleven sorpresas indebidas con este texto…
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos