¿MURIÓ HITLER EN EL BÚNKER DE LA CANCILLERÍA DE BERLÍN?
Bastaron unas pocas palabras para que la mecha de la locura prendiera a toda velocidad en una Europa que se tambaleaba tras seis años de guerra. El 9 de junio de 1945, tan solo dos meses después de que Adolf Hitler y su amada Eva Braun se quitaran la vida en el Führerbunker temerosos de las tropelías a las que podían ser sometidos por el Ejército Rojo, un cincuentón que se había rendido a las canas se presentó ante los periodistas de todo el globo. La destrucción del Tercer Reich pronosticaba una declaración exultante, pero lo que expresó el mariscal Gueorgui Zhúkov, de cuello de buey y expresión gélida, desconcertó a los presentes: “No hemos descubierto ningún cadáver que pueda ser definitivamente identificado como el de Hitler y, por consiguiente, no podemos formular ninguna declaración acerca de su muerte”.
Podría haberse detenido en este punto, haber bebido un sorbo de su vaso de agua para evitar hablar más de lo debido, pero no fue así. Ante la expectación de reporteros llegados de Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y la URSS, el vencedor de la batalla de Berlín afirmó que “hasta el último momento, Hitler podría haber huido en aeroplano” o, incluso, haber escapado en un UBoot. “Se ha establecido de manera indiscutible que un submarino de tipo gran crucero abandonó Hamburgo antes de la llegada de las tropas británicas, llevando varios pasajeros entre los cuales figuraba una mujer”, expresó. Añadió además que
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