A Sheinbaum “le está costando su falta de autonomía”
En las elecciones del pasado 6 de junio en la Ciudad de México “ganó la decepción, la clase media descontenta que usó el ‘voto volátil’, más que ‘de castigo’. Votó contra el abuso del poder, la falta de separación de poderes y el unipersonalismo”, asegura Mónica Tapia, directora de la organización social Ruta Cívica y especialista en política social y participación ciudadana.
Así explica la debacle que sufrió Morena en la capital del país –otrora bastión de Andrés Manuel López Obrador–, después de que, desde 1997, la mayoría de sus 16 alcaldías estuvieron en poder de la izquierda, pero a partir de octubre próximo nueve de ellas serán gobernadas por la alianza PAN-PRI-PRD.
Con 13 distritos electorales perdidos en el Congreso local, los morenistas tendrán menos fuerza para abrir paso a las iniciativas que envíe la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y deberán negociar con la oposición que, por cierto, logró reelecciones de curules.
Con estos resultados, el futuro político de la científica, considerada como presidenciable para 2024, también se llevó un tropiezo porque “no ha mostrado autonomía de gestión frente al gobierno federal y eso le está costando personalmente a ella”, continúa
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