‘Esmorzar’ está de moda VALENCIA
No hay que sorprenderse si en estos tiempos de consumo al aire libre y aforos limitados el viajero que llega a la capital del Turia se encuentra desde muy temprano con las terrazas repletas de usuarios que se meten entre pecho y espalda suculentos bocadillos o picotean unos cacahuetes y unas aceitunas: es el momento del esmorzaret. El genuino almuerzo valenciano.
¿Algo más de la tierra que la paella? Pues sí. Y con más puristas que ese plato que se dirige a velocidad de crucero hacia su declaración como Bien de Interés Cultural y que pugna, con el beneplácito de la Unesco, por ser declarado Bien, es por derecho otra tradición centenaria de los valencianos, al menos desde que la huerta es huerta y la costumbre, norma. Cuentan los entendidos que su origen es labriego, de ahí lo opíparo de su despliegue. Los campesinos, que se dejaban el lomo en los arrozales y cultivos hortícolas, hacían un alto en su trabajo a primera hora de la mañana para reponer fuerzas. Un porrón de vino, unas aceitunas o altramuces, unos cacahuetes del Terreno (, los llaman por aquí) hacían el gasto. A lo que seguía un contundente con verduras, huevo y cerdo en todas sus variedades. O una ensalada con deliciosas cebollas y tomates. Y vuelta al tajo.
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