LOS INSTRUMENTOS DEL TERROR
Las llamadas Escuadras de Protección o Schutzstaffel, las SS, se crearon por orden de Hitler en noviembre de 1925, con la intervención directa de uno de sus hombres de confianza, Heinrich Himmler, y la misión de servir como guardia personal a los dirigentes del partido. Sus miembros debían ser fanáticamente fieles a Hitler, racialmente ‘puros’ y de conducta aparentemente intachable. El Partido Nazi, el NSDAP, ya contaba desde 1921 con las Fuerzas de Asalto o SA (Sturmabteilung), la milicia del partido formada por matones dedicados a agredir en las calles a los militantes de otras formaciones. Pero su indisciplina, el hecho de tener una composición social menos selecta y, sobre todo, los deseos de sus dirigentes de gozar de autonomía respecto de la cúpula del partido hacían desconfiar a Hitler [ver artículo anterior]. Las SS, aunque poco numerosas durante los años veinte –unos cientos, frente a varios miles de las SA–, eran más disciplinadas y leales y, aunque en un principio estaban integradas en las SA, acabaron desgajándose de ellas, lo que generó rivalidades entre los jerarcas nazis.
Su uniforme era negro, con camisa blanca y una calavera en la gorra sobre dos tibias
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