El año de las enfermedades proscritas
Desde que empezó el confinamiento a causa de la pandemia por covid-19 en México, hace más de un año, “está prohibido enfermarse de otra cosa que no sea eso; de lo contrario no lo atienden a uno”, asegura Arturo, quien cuenta la historia de su esposa.
Su tratamiento de quimioterapias contra el cáncer en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, narra, fue interrumpido varios meses, lo cual le provocó un preocupante retroceso en su recuperación, dice afligido.
Varios pacientes con padecimientos diversos coinciden con Arturo –un nombre ficticio, para evitar represalias contra su esposa–. Dicen a la reportera que durante ese lapso les han pospuesto al menos una vez cirugías programadas; otros sobreviven con medicamentos adquiridos a sobreprecio, que ellos deben comprar por su cuenta, y dietas caras que los hacen olvidar por momentos su dolor; unos más observan cómo su salud y su ánimo se desvanecen ante la negativa de ser atendidos en hospitales públicos y privados reconvertidos para atención exclusiva de covid-19; ahí no los atienden, dicen, “a menos que llegues muriéndote”.
La esposa de Arturo lleva siete años luchando contra el cáncer que comenzó a atacar su páncreas en 2014. Médicos del Instituto de Nutrición la operaron con éxito; le aplicaron 18
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