LA CONSPIRACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Los científicos expertos en cambio climático se muestran categóricos: el calentamiento global detectado en las últimas décadas se está acercando peligrosamente a un punto de no retorno. De no reducir de forma dramática la emisión de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, etc.), en poco más de una década nuestro planeta alcanzará un punto de inflexión que tendrá consecuencias catastróficas a lo largo del siglo: subida del nivel del mar (con la consiguiente inundación de zonas costeras), sequías, olas de calor extremas, expansión de zonas desérticas, pérdida de cosechas (y por tanto hambrunas), extinción de especies, fenómenos meteorológicos extremos… En definitiva, un desastre de dimensiones colosales, con pérdidas económicas incalculables, millones de vidas en juego e, incluso, el posible fin de nuestra civilización.
La inmensa mayoría de los científicos especializados en climatología no dudan de la realidad de lo descrito en el párrafo anterior (apenas un 3% rechaza el papel de la acción humana en el calentamiento global). Sin embargo, y a pesar de las preocupantes conclusiones que nos presenta la ciencia, en las últimas décadas ciertas instituciones, think tanks, políticos (entre ellos el ya expresidente de EE UU Donald Trump) y ciertas organizaciones negacionistas han intentado cuestionar el consenso científico, tildando el calentamiento global de exageración sin sentido o, al menos, minimizando sus posibles consecuencias.
Una postura ésta que, según han revelado recientes investigaciones, no es fruto del desconocimiento o la falta de información, sino que ha sido meticulosamente orquestada durante años por las grandes corporaciones energéticas que controlan la extracción
