Sustitutos del té y del café
UNA VIDA EXCITANTE… ¿O EXCITADA?
Aparte del agua, consumimos más té y café que ninguna otra bebida. El ratito que se hace para beberlos nos da momentos de descanso y un tiempo para la relación social, pero tanto el té (sobre todo el té negro) como el café, son excitantes, un inconveniente que acelera y desgasta nuestras vidas. Además, producen radicales libres en el organismo, esas moléculas inestables y muy reactivas que aceleran el envejecimiento.
Sólo se salva de esta consideración el té verde, gracias a las ventajas que ofrece para la salud (contiene polifenoles y catequinas antioxidantes) y a su escasa cantidad de teofilina excitante (es el alcaloide metilxantina, de la misma familia a la que pertenecen la cafeína del café y la teobromina del cacao).
EL MALTA TRADICIONAL
Tradicionalmente los naturistas sustituían el café por malta de cebada, cuyo aspecto y peculiar sabor, más bien amargo, cumple perfectamente esta función, y, en algunos países, como Francia, con achicorias. Pero
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