UN LEGADO DE MAR Y FUEGO
La vida de Aitor Arregi no se entiende sin Getaria, un pueblo gipuzkoano que mira con respeto y admiración al mar Cantábrico, donde echan el ancla sus raíces y donde ha aprendido todo lo que sabe. En el número 13 de la calle Elkano está el que ha sido su hogar y predecesor del famoso restaurante del mismo nombre: el Bar Elkano, o como prefiere llamarlo él, Elkano Txiki. Allí, un Aitor joven, e inseparable de su abuela Joxepa, desayunaba, comía y cenaba sobre el mármol de la cocina, y la mesa ‘cuatro’ del comedor era su lugar favorito para hacer los deberes, de los cuales a veces eran las propias cuentas del negocio las que le servían para aprender matemáticas. Incluso las patas de esa mesa tenían el poder de transformarse en una portería de fútbol: “En esta casa familiar me he criado, con el entorno del paisaje culinario, que es Getaria. Siendo esas vivencias de la infancia las que han marcado el devenir de mi vida”, recuerda.
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