COMIDA PICANTE Y 32 SORBOS DE BOURBON
Frank Sinatra nació el 12 de diciembre de 1915 en un barrio de clase media de Hoboken, la ciudad del estado de Nueva Jersey separada de Nueva York por el río Hudson. Dicen que las mejores vistas de la Gran Manzana son las que se pueden disfrutar desde el otro lado del puente de Brooklyn. Lo afirman aquellos que nunca han tenido la fortuna de pasar un atardecer sentados en la orilla del costado de Nueva Jersey, disfrutando de cómo poco a poco se van encendiendo los neones que iluminan la noche de la capital del mundo. El mismo mundo que se comió (y bebió) Frank Sinatra a lo largo de su exitosa carrera. “Hubo épocas, seguro que lo sabes, que mordí más de lo que podía masticar. Pero al final, cuando hubo alguna duda, me lo tragué y luego lo dije sin miedo. Le planté cara a todo y lo hice con orgullo. Lo hice a mi manera”, cantaba el propio Sinatra en su legendaria My way, una buena explicación sobre cómo llegó a convertirse en uno de los mayores iconos pop de nuestra época. Ésta es su historia.
UNA CUESTIÓN DE FAMILIA
La madre de Frank Sinatra era Natalina Maria Vittoria Garaventa. Nació el 26 de diciembre de 1896 en Lumarzo, un pequeño pueblo de poco más de 1.000 habitantes a escasos 15 kilómetros de Génova. Difícilmente lo conoció. Su familia emigró a Estados Unidos cuando apenas tenía dos meses. Fue en la adolescencia cuando empezaron a llamarla ‘Dolly’ por ser extremadamente guapa. Fue justamente en aquellos primeros años de juventud cuando Dolly conoció a Saverio Antonino Martino ‘Marty’ Sinatra, un siciliano de Lercara Friddi, a tan sólo 25 kilómetros del criminal Corleone, cuna de la mafia siciliana, el mismo pueblo la pareja se casó el día de San Valentín de 1914. Mujer de armas tomar, Dolly trabajó durante años como comadrona (los rumores dicen que, paralelamente a su trabajo oficial, practicaba abortos ilegales). También fue miembro destacada del Partido Demócrata en su ciudad.
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