50 vueltas al SOL
En tele abierta el programa Siempre en domingo daba y quitaba todavía, los automóviles del momento eran Phantom y Topaz y apenas llegaba el famoso Jetta. Los antros de moda en la Ciudad de México eran Bandasha, La Boom, La Malinche y el Baby Rock. El dólar costaba 3.30 pesos, el ambiente político se calentaba rumbo a las campañas de la elección presidencial de 1994; la Selección Mexicana de Futbol estaba por calificar a USA 94 después de 12 años de ausencia en una Copa del Mundo… y en la radio sonaba una y otra vez la canción “Suave” de Luis Miguel. Sí, era el verano del 93.
NACE UNA ESTRELLA
“Luis Miguel es la última celebridad de esa magnitud que da este país, del mismo calibre que José José, Juan Gabriel y Lupita D’Alessio… Ni Cristian ni Alejandro (Fernández) tienen ese nivel”, dice contundente Víctor Hugo Sánchez, periodista de espectáculos quien cubrió toda la trayectoria estelar de Luis Miguel desde el álbum Busca a una mujer hasta Aries. “Pero con toda honestidad, también es la última estrella que este país verá apagarse, porque no tiene disquera, no tiene material nuevo y sus fans son señoras de 40 a 60 años, que ya disfrutan otro estilo de vida y no les interesa ir al tumulto de un concierto a gritarle”.
Se lee cruel, especialmente después de que Jennifer Lopez mostró en el medio tiempo del SuperBowl LIV que a los 50 se puede ser prolífica y espectacular, “pero ya no es el caso de Luis Miguel, al que le choca que lo diga pero es cierto: es el Pedro Vargas de su generación.
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