KATE BECKINSALE LA LUCHA DORA
A quella noche de octubre en la que los incendios forestales de Los Ángeles acecharon el vecindario de Kate Beckinsale y la obligaron a evacuar su casa, la actriz ya había recibido otra amenaza. El fuego era la segunda intimidación de la que había sido víctima en pocas horas. “Hubo un merodeador por mi casa en torno a la una de la madrugada”, cuenta.
Y con ‘merodeador’ se refiere a un hombre de aspecto raro que empezó a aporrear la puerta hasta obligarla a pedir ayuda y llamar al 911. Horas después de que la policía abandonara su vivienda, la atención de Kate volvió a estar en la puerta principal. Esta vez, tras ella había una “enorme bola de fuego” que avanzaba a ritmo frenético. “En ese momento yo estaba en plan: ‘Venga, esto era lo siguiente que me tenía que pasar’”, relata, mientras toma aire y abre los ojos como platos al recordar cómo cogió a sus gatos, Clive y Willow, a sus perros, Ingridpasó la semana siguiente en un hotel sin dejar de sentirse tremendamente agradecida porque todos estaban a salvo.
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